Tuvo una mala madre, pésima, nunca se preocupo por él. Ni
apareció en la adolescencia, no lo apreció jamás. Nunca lo tuvo
presente, no lo quiere. No le presta atención y se ríe de sus valores.
La peor madre que camino sobre la tierra. Pero gracias a dios que
existió.
28/8/09
Cuentos bien cortos 2
Está arrodillado en la calle contra la pared descansando. No
comió en todo el día, hizo 20 trámites y le quedan más por hacer. En
total va a trabajar 14 horas. Le cuesta llegar a fin de mes, no se
puede comprar lo que quiere. Esta harto de la vida, no aguanta más.
Mira para un costado y ve a una mujer con su hijo pidiendo monedas.
Se levantó, entró al edificio público y se dio cuenta de la suerte que
tiene.
comió en todo el día, hizo 20 trámites y le quedan más por hacer. En
total va a trabajar 14 horas. Le cuesta llegar a fin de mes, no se
puede comprar lo que quiere. Esta harto de la vida, no aguanta más.
Mira para un costado y ve a una mujer con su hijo pidiendo monedas.
Se levantó, entró al edificio público y se dio cuenta de la suerte que
tiene.
Cuentos bien cortos 1
Camino por la plaza, veo una mujer hermosa en un banco
sentada. Es divina, preciosa, tiene un cuerpazo, excelentes piernas,
linda ropa. Es bellísima, hermosa, su pelo es cautivante. Lo tiene todo
a su alcance, no hay nada que no pueda lograr. Me voy acercando
para apreciarla mejor. Es bellísima, preciosa, hermosa, no hay nada
que no pueda lograr con esa belleza, podría cambiar el curso de la
tierra, lo podría tener todo. Me acerco un poco más para disfrutar las
facciones de su cara. Me acerco bien, la aprecio y veo que tiene 2
anillos en las manos y está sollozando
sentada. Es divina, preciosa, tiene un cuerpazo, excelentes piernas,
linda ropa. Es bellísima, hermosa, su pelo es cautivante. Lo tiene todo
a su alcance, no hay nada que no pueda lograr. Me voy acercando
para apreciarla mejor. Es bellísima, preciosa, hermosa, no hay nada
que no pueda lograr con esa belleza, podría cambiar el curso de la
tierra, lo podría tener todo. Me acerco un poco más para disfrutar las
facciones de su cara. Me acerco bien, la aprecio y veo que tiene 2
anillos en las manos y está sollozando
Descripción sin adjetivos
Examino la habitación. Tiene humedad, a las ventanas les faltan trozos de vidrio,
parece no haberse limpiado en 3 años. Hay una cama con las sabanas por el piso, un
televisor sin funcionar, ropa en desorden. Casi no hay luz. No hay rastros de vida. Nadie
entró en años. Suciedad aquí y allá. Molesta, duele e impacta a la vista, nadie se
animaría a dormir aquí. Tiene olores que cuesta soportar, me quiero ir, duele estar acá.
¿Quién se animaría a vivir aquí? Desconozco. Lo único que se, es que es mi habitación
parece no haberse limpiado en 3 años. Hay una cama con las sabanas por el piso, un
televisor sin funcionar, ropa en desorden. Casi no hay luz. No hay rastros de vida. Nadie
entró en años. Suciedad aquí y allá. Molesta, duele e impacta a la vista, nadie se
animaría a dormir aquí. Tiene olores que cuesta soportar, me quiero ir, duele estar acá.
¿Quién se animaría a vivir aquí? Desconozco. Lo único que se, es que es mi habitación
¡Linda noche!
Viernes 11 de la noche. Me miro al espejo, llevo un 2008 plagado de
decepciones. Tengo 19 años y la cara llena de granos, un temblor en la voz y una
inseguridad constante.
Siempre lo mismo, un día cargado de expectativa que finaliza con un solitario
final. Nunca logro llevarme una mina. Necesito mi primera vez ya, no lo soporto,
aguantar más es imposible y me rehuso a pagar. Quiero ganármela y de una vez por
todas tener mi debut sexual finiquitado.
Son las 00:31 y me pasan a buscar. Espero que hoy se dé. Entramos al boliche,
nunca antes había venido a éste, tiene buena onda y sobre todo minas que son un
infierno.
Trago, tras trago, tras trago. Veo pasar los vasos y la plata esperando que se
alineen los planetas y se dé la situación perfecta de una minita sola, en el lugar indicado,
en las condiciones indicadas y todo ideal para poder tirar mi único tiro. Ya que con la
vergüenza que me caracteriza tengo cartucho para una sola vez, y si me rechazan me
contraigo por el resto de la noche.
Encuentro una señorita. Esta re buena y sola. Parece estar medio borracha cosa
que me beneficia un poco. Espero que esté suelta de ropa y entregue fácil. Dudo, pienso,
es el momento en que más tiemblo. Pero lo tengo que hacer, ahora o nunca, cuanto más
sufro mayor es la gratificación (si se da). Me acerco, paso de largo, no me animé.
Vuelvo a mirar. ¿Qué hago? ¿voy o no voy? Cuando finalmente me decido a encararla
veo cómo un petizo se acerca y en mas o menos 6 segundos se la está tranzando. Me
quiero matar, pero por lo menos no me rechazó. Tendría que empezar de nuevo, pero
estoy temblando mucho, estoy pálido y el terror me invade. Debería seguir, nadie me
rebotó, pero yo estaba ahí, a punto de disparar y no pude. Me provoca la misma
vergüenza que si me hubiese rechazado, siempre tengo un sólo tiro y hoy no pude
dispararlo. Se me trabó el cargador.
Veremos la semana que viene. Otro viernes perdido, parece que nunca podré
concretar. Ya veré, tengo toda una semana para reflexionar. Salgo a la calle y en la
esquina un muchacho con aspecto andrajoso me entrega una tarjeta que dice:
Domicilio/privado $35
decepciones. Tengo 19 años y la cara llena de granos, un temblor en la voz y una
inseguridad constante.
Siempre lo mismo, un día cargado de expectativa que finaliza con un solitario
final. Nunca logro llevarme una mina. Necesito mi primera vez ya, no lo soporto,
aguantar más es imposible y me rehuso a pagar. Quiero ganármela y de una vez por
todas tener mi debut sexual finiquitado.
Son las 00:31 y me pasan a buscar. Espero que hoy se dé. Entramos al boliche,
nunca antes había venido a éste, tiene buena onda y sobre todo minas que son un
infierno.
Trago, tras trago, tras trago. Veo pasar los vasos y la plata esperando que se
alineen los planetas y se dé la situación perfecta de una minita sola, en el lugar indicado,
en las condiciones indicadas y todo ideal para poder tirar mi único tiro. Ya que con la
vergüenza que me caracteriza tengo cartucho para una sola vez, y si me rechazan me
contraigo por el resto de la noche.
Encuentro una señorita. Esta re buena y sola. Parece estar medio borracha cosa
que me beneficia un poco. Espero que esté suelta de ropa y entregue fácil. Dudo, pienso,
es el momento en que más tiemblo. Pero lo tengo que hacer, ahora o nunca, cuanto más
sufro mayor es la gratificación (si se da). Me acerco, paso de largo, no me animé.
Vuelvo a mirar. ¿Qué hago? ¿voy o no voy? Cuando finalmente me decido a encararla
veo cómo un petizo se acerca y en mas o menos 6 segundos se la está tranzando. Me
quiero matar, pero por lo menos no me rechazó. Tendría que empezar de nuevo, pero
estoy temblando mucho, estoy pálido y el terror me invade. Debería seguir, nadie me
rebotó, pero yo estaba ahí, a punto de disparar y no pude. Me provoca la misma
vergüenza que si me hubiese rechazado, siempre tengo un sólo tiro y hoy no pude
dispararlo. Se me trabó el cargador.
Veremos la semana que viene. Otro viernes perdido, parece que nunca podré
concretar. Ya veré, tengo toda una semana para reflexionar. Salgo a la calle y en la
esquina un muchacho con aspecto andrajoso me entrega una tarjeta que dice:
Domicilio/privado $35
¡Herencia polémica!
Señores, esto es una confesión- dijo el abogado. Igual deben escucharla. Su
padre y abuelo realizó un gran sacrificio y escribió, a pesar de su gravísimo estado, este
supuesto testamento.
- No puede ser- dijo Mariela, su nieta menor. – El abuelo estaba muy mal, y en los
últimos años no podía hablar.- Basta- dijo el mayor de los nietos.- Continúe.
Y el abogado comenzó a leer el testamento:
Imagino que en este momento estarán todos juntos en mi casa como hacía años
que no estaban, e imagino que ya estarán comiendo del exquisito pan casero que realiza
mi cocinera y bebiendo alguna botella del buen vino que tengo.
Aprovecho esta oportunidad (mi muerte) para anunciar quién de ustedes se
quedara con mis posesiones. Enuncio persona por persona, qué le va a tocar a cada uno,
si alguien no es mencionado, que se embrome.
MARISA: mi hija mayor, que tantas satisfacciones me dio hasta que me realizó un
juicio millonario para sacarme dinero y tuve que cerrar un banco para resarcirla. Te dejo
la esperanza de que algún día tu marido pueda tener suerte en los negocios y pueda por
fin tener esa empresa de seguros que tanto quiere. Para esto adjunto una imagen de San
Martín que a mí me dio mucha suerte. Espero que tus sueños se hagan realidad.
MARIANO: segundo hijo. Nunca me decepcionaste porque nunca esperé nada de vos.
Tu paraíso fueran las mujeres rápidas y el alcohol, hasta que encontraste a una vividora
que te hizo dejar el habito del whiskey y colocó en tu casa una vela por cada metro
cuadrado que tenés. Para vos todas las velas que hay ahora a tu alrededor. Que iluminen
tu vida.
MARTA: siempre fuiste una santa para mí, siempre te portaste bien conmigo, pero
hiciste del dinero un culto mas que nadie de los aquí presentes. Tu vida fue un cielo,
gaste mas plata en vos que en nadie. No conoces el ayuno, no conoces el sacrificio. Por
eso vas a tener que realizar uno ahora. No te dejo nada.
SUSANA: hija menor. Tu cáncer fu el amor y tu cura fueron las mujeres. Por eso a vos
y a tu novia les dejo todo el juego de cubiertos de plata.
ANDRES: primer nieto, primera desilusión. De tus 22 a 27 años te vi sólo una semana,
no te daré ninguna ofrenda pero tampoco un castigo. Te dejo el mejor libro que leí en mi
vida. Se llama Misterio mortal, disfrutalo.
ANGEL: tu espíritu siempre ansiara libertad. Lo único que te puedo dejar es mi
arrepentimiento por haber pagado tu fianza.
PAULA: qué hermosa. Te dejo mi orgullo de que no seas prostituta.
CLAUDIO: el único que realizó una muy breve vigilia por mí. Lo valoro. Unos pocos
minutos en la sala de espera de un hospital te hicieron heredar un costoso auto.
JULIA: que no tengas ni una sola peca me hizo dudar de que fueses mi nieta. Pero me
caés bien. Te dejo mi maqueta de la nave espacial Challenger que construí en los
últimos años.
MARIELA: te dejo una sola oración: nunca te aprecié.
Y para el final tengo un anuncio: este viudo tiene un hijo extramatrimonial del
que nunca nadie se enteró de su existencia, producto de uno de mis tantos viajes a
Asunción; ahí vive. Tiene 35 años, los últimos meses mandé a investigarlo. Para ver si
vive y que hace. Lo encontramos, no tiene nada y lo único que desea es tener un padre.
Nunca podré dárselo. Lamento dejarle 290 millones de dólares.
padre y abuelo realizó un gran sacrificio y escribió, a pesar de su gravísimo estado, este
supuesto testamento.
- No puede ser- dijo Mariela, su nieta menor. – El abuelo estaba muy mal, y en los
últimos años no podía hablar.- Basta- dijo el mayor de los nietos.- Continúe.
Y el abogado comenzó a leer el testamento:
Imagino que en este momento estarán todos juntos en mi casa como hacía años
que no estaban, e imagino que ya estarán comiendo del exquisito pan casero que realiza
mi cocinera y bebiendo alguna botella del buen vino que tengo.
Aprovecho esta oportunidad (mi muerte) para anunciar quién de ustedes se
quedara con mis posesiones. Enuncio persona por persona, qué le va a tocar a cada uno,
si alguien no es mencionado, que se embrome.
MARISA: mi hija mayor, que tantas satisfacciones me dio hasta que me realizó un
juicio millonario para sacarme dinero y tuve que cerrar un banco para resarcirla. Te dejo
la esperanza de que algún día tu marido pueda tener suerte en los negocios y pueda por
fin tener esa empresa de seguros que tanto quiere. Para esto adjunto una imagen de San
Martín que a mí me dio mucha suerte. Espero que tus sueños se hagan realidad.
MARIANO: segundo hijo. Nunca me decepcionaste porque nunca esperé nada de vos.
Tu paraíso fueran las mujeres rápidas y el alcohol, hasta que encontraste a una vividora
que te hizo dejar el habito del whiskey y colocó en tu casa una vela por cada metro
cuadrado que tenés. Para vos todas las velas que hay ahora a tu alrededor. Que iluminen
tu vida.
MARTA: siempre fuiste una santa para mí, siempre te portaste bien conmigo, pero
hiciste del dinero un culto mas que nadie de los aquí presentes. Tu vida fue un cielo,
gaste mas plata en vos que en nadie. No conoces el ayuno, no conoces el sacrificio. Por
eso vas a tener que realizar uno ahora. No te dejo nada.
SUSANA: hija menor. Tu cáncer fu el amor y tu cura fueron las mujeres. Por eso a vos
y a tu novia les dejo todo el juego de cubiertos de plata.
ANDRES: primer nieto, primera desilusión. De tus 22 a 27 años te vi sólo una semana,
no te daré ninguna ofrenda pero tampoco un castigo. Te dejo el mejor libro que leí en mi
vida. Se llama Misterio mortal, disfrutalo.
ANGEL: tu espíritu siempre ansiara libertad. Lo único que te puedo dejar es mi
arrepentimiento por haber pagado tu fianza.
PAULA: qué hermosa. Te dejo mi orgullo de que no seas prostituta.
CLAUDIO: el único que realizó una muy breve vigilia por mí. Lo valoro. Unos pocos
minutos en la sala de espera de un hospital te hicieron heredar un costoso auto.
JULIA: que no tengas ni una sola peca me hizo dudar de que fueses mi nieta. Pero me
caés bien. Te dejo mi maqueta de la nave espacial Challenger que construí en los
últimos años.
MARIELA: te dejo una sola oración: nunca te aprecié.
Y para el final tengo un anuncio: este viudo tiene un hijo extramatrimonial del
que nunca nadie se enteró de su existencia, producto de uno de mis tantos viajes a
Asunción; ahí vive. Tiene 35 años, los últimos meses mandé a investigarlo. Para ver si
vive y que hace. Lo encontramos, no tiene nada y lo único que desea es tener un padre.
Nunca podré dárselo. Lamento dejarle 290 millones de dólares.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)